Página 168 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

164
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
perdurarán; confesar a Cristo franca y valientemente, mostrando en
nuestro carácter su mansedumbre, humildad y amor; contagiará a
otros con la belleza de la santidad.
En todas estas ocasiones debiera ensalzarse a Cristo como “se-
ñalado entre diez mil”, como Aquel que es “todo él codiciable”.
Cantares 5:10, 16
¿Debiera presentársele como la Fuente de todo
[179]
verdadero placer y satisfacción, como el Dador de toda dádiva buena
y perfecta, como el Autor de toda bendición, como Aquel en quien
están concentradas todas nuestras esperanzas de vida eterna. Apa-
rezcan en todo ejercicio religioso el amor de Dios y el gozo de la
experiencia cristiana en su verdadera belleza. Preséntese al Salvador
como el que restaura del efecto toda consecuencia del pecado.
Para lograr este resultado debe evitarse toda mezquindad. Se
necesitará devoción sincera, ferviente y cordial. Será esencial que
haya en los maestros piedad ardiente y activa. Pero hay un gran
poder disponible para nosotros si queremos tenerlo. Hay gracia
para nosotros si deseamos conseguirlo. Para obtenerlo, el Espíritu
Santo aguarda tan sólo que lo pidamos con una ardiente dedicación
proporcional al valor del objeto que perseguimos. Los ángeles del
cielo están tomando nota de toda nuestra obra y observando para
decidir cómo ministrar a cada uno de modo que todos reflejen la
imagen de Cristo en su carácter y que se amolden a la similitud
divina. Cuando los encargados de los hogares de nuestras escuelas
aprecien los privilegios y las oportunidades que tienen, harán para
Dios una obra que el cielo aprobará.
[180]