Página 175 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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La finca de la escuela de Avondale
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y todas las cosas que hay en él, es la vida y la luz de cada cosa
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viviente. La vida de cada niño y joven dispuesto a aprovechar las
oportunidades de recibir una educación apropiada, será grata y feliz,
mientras estén en la escuela, por las cosas sobre las cuales se posen
sus ojos”.
La obra que nos espera
Necesitamos más maestros y más talento para educar a los alum-
nos en diversas maneras, a fin de que muchos salgan dispuestos y
preparados a comunicar a otros el conocimiento que han obteni-
do. Los jóvenes y niñas huérfanos han de encontrar aquí un hogar.
Se han de levantar edificios para un hospital y debieran habilitarse
bancas para la comodidad de la escuela. Debiera emplearse a un
competente administrador para la finca, y también a hombres enten-
didos y enérgicos para actuar de directores en los diversos ramos
industriales. Personas que hagan uso de sus talentos individuales
para enseñar a los alumnos a trabajar.
Vendrán al colegio muchos jóvenes que desearán obtener una
preparación en ramos industriales. La enseñanza industrial debe
incluir contabilidad, carpintería y todo lo relativo a la agricultura. Se
debieran establecer los recursos necesarios para enseñar a trabajar
en herrería, pintura, zapatería, cocina, panadería, lavandería, repa-
raciones en general, mecanografía e imprenta. Toda facultad que
poseamos deberá ponerse a disposición en esta obra de preparación,
a fin de que los alumnos salgan de la escuela bien preparados para
los deberes de la vida práctica.
Las viviendas y otras dependencias esenciales para la obra del
colegio deben ser construidas por los mismos alumnos, y sin aglo-
merarlas ni colocarlas cerca de los edificios propios del colegio. Las
personas que dirigen la obra de construcción deben formar grupos
pequeños, a los cuales los directores competentes enseñarán a tener
pleno sentido de su responsabilidad. Todas estas cosas no pueden
llevarse a cabo simultáneamente, pero debemos empezar a trabajar
por fe.
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