Página 182 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
en el cielo, provocada por el poder de una mentira, y el engaño que
indujo a Adán y Eva a desobedecer la ley de Dios, abrieron las
compuertas que inundaron el mundo de aflicción y sufrimiento; pero
todos los que creen en Cristo pueden llegar a ser hijos e hijas de
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Dios. Es posible que sean restaurados por el poder de la verdad, y
el hombre caído puede llegar a ser leal a su Hacedor. La verdad,
única por su poder que induce a la acción, se adapta a las mentes y
los sentimientos de los pecadores descarriados. Por su influencia, la
oveja perdida puede ser devuelta al redil.
Cualesquiera que sean la posición, o las posesiones de una per-
sona que conoce la verdad, la Palabra de Dios le enseña que todo lo
que posee, lo disfruta como mayordomo. Lo ha recibido en calidad
de préstamo para probar su carácter. Debe ser responsable por sus
negocios seculares, sus talentos, sus ingresos y sus oportunidades
ante Aquel a quien pertenece por creación y redención. Cuando em-
plea cada valioso talento para promover la gran obra de educación de
Dios, cuando se esfuerza por adquirir el conocimiento más excelente
acerca de la manera de ser útil, de trabajar por la salvación de la gen-
te que está a punto de perecer, las bendiciones de Dios acompañarán
sus esfuerzos. Dios nos regala sus dones para que podamos ministrar
a otros, y así lleguen a ser como él. Los que reciben sus dádivas para
que puedan impartirlas a los demás, llegan a ser semejantes a Cristo.
Ayudando y levantando a otros es como llegamos a ser ennoblecidos
y purificados. Esta es la obra que hace que refluya gloria hacia Dios.
Debemos ser inteligentes respecto a estos puntos. Nuestras almas
deben ser purificadas de todo egoísmo; porque Dios anhela usar su
pueblo como su representante del reino celestial.
Nuestros colegios deben administrarse bajo la supervisión de
Dios. Los jóvenes de ambos sexos tienen que realizar una obra que
está inconclusa. Hay numerosos jóvenes deseosos de aprovechar los
beneficios ofrecidos por nuestros colegios. Necesitan capacitarse
mediante las clases de trabajos manuales que les enseñarán a llevar
una vida activa y enérgica. En nuestros colegios debiera realizarse
toda clase de trabajos. Los alumnos deben ser instruidos bajo la
dirección de profesores sabios, juiciosos y temerosos de Dios. Cada
rama de la obra tiene que desarrollarse de la forma más completa
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y sistemática que la experiencia y la sabiduría puedan habilitarnos
para planear y ejecutar.