Página 218 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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La obra del médico en favor de la gente
Mientras ejerce su profesión, todo médico puede por la fe en
Cristo disponer de una cura del más alto valor: un remedio para el
alma enferma de pecado. El médico convertido y santificado por
la verdad queda anotado en el cielo como colaborador de Dios,
como discípulo de Jesucristo. Por la santificación de la verdad, Dios
da a los médicos y enfermeros sabiduría y habilidad para tratar a
los enfermos, y esta obra abre la puerta de muchos corazones. Los
hombres y mujeres son inducidos a comprender la verdad que es
necesaria para salvar el alma y el cuerpo.
Este es un elemento que caracteriza la obra para este tiempo.
La obra médica misionera es como el brazo derecho del mensaje
del tercer ángel que debe ser proclamado a un mundo caído; y los
médicos, administradores y obreros de cualquier ramo, al desempe-
ñar fielmente su parte, están haciendo la obra del mensaje. Así la
proclamación de la verdad va a toda nación, lengua y pueblo. En
esta obra los ángeles celestiales tienen una parte. Despiertan gozo
espiritual y melodías en los corazones de aquellos que han sido
librados del sufrimiento, y el agradecimiento a Dios brota de los
labios de muchos que han recibido la verdad preciosa.
Cada médico de nuestras filas debe ser cristiano. Solamente
los médicos que son verdaderos cristianos según la Biblia pueden
desempeñar debidamente los altos deberes de su profesión.
El médico que comprende su responsabilidad, sentirá la nece-
sidad de la presencia de Cristo con él en su obra para aquellos en
cuyo favor hizo tan grande sacrificio. Dejará subordinado todo lo
demás a los intereses superiores que conciernen a la vida que puede
salvarse para la eternidad. Hará cuanto esté en su poder para salvar
tanto el cuerpo como el alma. Tratará de hacer la misma obra que
Cristo haría si es tuviese en su lugar. El médico que ame a Cristo y
las almas por quienes Cristo murió tratará fervientemente de llevar
a la habitación de los enfermos una hoja del árbol de la vida y de
proporcionar el pan de vida al doliente. A pesar de los obstáculos y
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