Página 225 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Unidad de acción
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trabajo para todos los que me aman, empleo para cada persona que
trabaje bajo mi dirección. La actividad del ejército de Satanás, el
peligro que rodea al alma humana, exige la energía de cada obrero.
Sin embargo, nadie será obligado. La depravación del hombre habrá
de ser enfrentada con el amor, la perseverancia y la paciencia de
Dios. Mi trabajo será rescatar a los que están bajo el gobierno de
Satanás”. Dios obra por medio de Cristo para traer nuevamente
a todos a su primera relación con su Creador y para corregir las
influencias destructoras introducidas por Satanás. Sólo Cristo se
sostuvo puro en un mundo de egoísmo, donde un hombre destruiría
a un amigo o hermano a fin de lograr un esquema colocado en
sus manos por el diablo. Vistiendo su divinidad con humanidad,
Cristo se presentó a nuestro mundo para que la humanidad pudiera
relacionarse con la humanidad y la divinidad con la divinidad. En
medio de la enorme confusión del egocentrismo, él podía decir a
cada ser humano: “Regresa a tu centro el cual es Dios”. Él mismo lo
hizo posible para cada uno de nosotros, al cumplir en este mundo
los principios celestiales. Vivió la ley de Dios en la humanidad. Él
impartirá a todos en cada nación, país y región, los dones celestiales
más excelentes, si aceptan a Dios como su Creador y a Cristo como
su Redentor.
Solo Cristo puede hacerlo. Su evangelio en las manos y cora-
zones de sus seguidores es el poder que realizará esta gran obra.
“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimien-
to de Dios!” Por sí mismo, llegando a estar expuesto a las falsas
representaciones de Satanás, Cristo hizo posible que la obra de la
redención fuera posible. Así Satanás se vería obligado a revelarse a
sí mismo como la causa de la deslealtad en el universo de Dios. Así
se resolvería para siempre el gran conflicto entre Cristo y Satanás.
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Satanás fortalece las tendencias destructivas de la naturaleza
humana. Introduce envidia, celos, egoísmo, codicia, emulación y
contiendas por los puestos más importantes. Instrumentos malignos
se desempeñan a través de las astutas maquinaciones de Satanás. De
esa manera los planes del enemigo, con sus efectos destructivos, se
han introducido en la iglesia. Entonces llega Cristo con su influencia
redentora, con el propósito de impartir su eficiencia a los hombres
mediante la operación de su Espíritu, para emplearlos como sus