Página 278 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
que medita y hace planes, el que tiene la mente constantemente
ocupada en su negocio, debiera buscar la sabiduría en asuntos de
interés eterno. Si ddedicara tanta energía en asegurar los tesoros
celestiales y la vida que se mide por la vida de Dios, como lo hace
para lograr ganancias mundanales, ¿qué no lograría?
El mayordomo infiel no se enriqueció con los recursos de su amo;
simplemente no los puso a trabajar. Permitió que el ocio reemplazara
el esfuerzo sincero y generoso. Fue infiel al apropiarse de los bienes
de su señor. Siervo infiel, ¿no ves que perderás tu alma si no cooperas
con Dios y maximizas tus talentos para el Maestro? Se te dio la
mente para que entendieras cómo trabajar. Se te dieron ojos para
que pudieras ser sabio para discernir las oportunidades que Dios
te da. Tus oídos son para escuchar los mandamientos de Dios. Tus
rodillas son para inclinarte tres veces al día en sincera oración. Tus
pies son para correr por la senda de los mandamientos de Dios. El
pensamiento, esfuerzo y talento debieran ser puestos en actividad
para que podáis estar preparados para graduaros en la escuela de lo
alto y oír de los labios de Uno que ha vencido toda tentación por
nosotros: “Al que venciere yo le daré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en
su trono”. “Así dice Jehová de los ejércitos: si anduvieres por mis
caminos, y guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa,
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también guardarás mis atrios, y entre estos que aquí están te daré
lugar”
Apocalipsis 3:21
;
Zacarías 3:7
. Si no colaboras con Dios
entregándote a él y le sirves, serás juzgado como no apto para ser
ciudadano de su inmaculado reino celestial.
Descuidados por el ministerio
En tanto que se me ha encomendado señalar el peligro de influir
exageradamente en favor de asuntos que atañen a las actividades
médicas misioneras, hasta el punto de descuidar otros ramos de
servicio, esto no deja sin responsabilidad a los que se han mantenido
alejados de la obra médica misionera. Los que no han simpatizado
con esta obra, debieran cuidar ahora la forma como se expresan,
pues, no tienen conocimiento respecto a este asunto. Cualquiera sea
la posición que ocupen en la Asociación, debieran tener cuidado al
expresar sentimientos que no ayudarán a nadie. La indiferencia y la