Página 279 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Descuidados por la iglesia y el ministerio
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oposición que algunos han manifestado referente a este asunto, son
inconsecuentes con sus palabras que deberían ejercer una influencia
edificante. No tienen una apreciación clara.
Algunos están preocupados y confundidos porque la obra médica
se está saliendo de cauce, pues, al recibir tantos talentos y recursos,
supera sobradamente el trabajo que se realiza en otros frentes. ¿Qué
sucede? ¿Es que los dirigentes de la obra médica misionera están
haciendo demasiado o es que los dirigentes de otros ramos están
haciendo muy poco? Se me ha mostrado que en muchas actividades
de la obra estamos haciendo solamente una pequeña parte de lo
que debe hacerse. No se está manifestando como debiera fe, celo
ni energía en la obra del ministerio. Los esfuerzos de muchos son
débiles y sin espiritualidad. Es evidente que no hemos actuado de
acuerdo con la luz que el Señor nos ha dado referente a nuestro deber
y privilegios. Los hombres han superpuesto los planes de Dios con
los propios. Se me ha comisionado para que diga que la prosperidad
de la obra médica misionera tiene el beneplácito de Dios. Esta obra
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debe llevarse a término; la verdad debe ser llevada por los caminos
y los vallados. Los pastores y los miembros de iglesia debieran
despertar y ver la necesidad de cooperar en esta obra.
Los que han sentido el peso del trabajo han testificado con ardien-
te e incansable energía mediante sus obras que no están contentos
de ser meros creyentes de la teoría. Han procurado andar en la luz.
Han practicado lo que creen. Han combinado la fe con las obras.
Han hecho precisamente la obra que el Señor ha pedido que se haga,
y mucha gente ha sido iluminada, convencida y atendida.
Sorprende la indiferencia de nuestros pastores respecto a la
reforma pro salud y la obra médica misionera. Aun los que no
profesan ser cristianos tratan el tema con mayor consideración que
algunos de nuestra propia iglesia, y nos llevan la delantera.
¿Por qué, me pregunto, algunos de nuestros hermanos ministe-
riales están tan atrasados en la proclamación del importante tema de
la temperancia? Mis hermanos, el mensaje para vosotros es: “Sos-
tened la obra de la reforma pro salud y marchad”. Si pensáis que
la obra médica misionera se está saliendo de proporciones, llevad a
los hombres que han estado trabajando en estas filas con vosotros a
vuestros campos de labor, y poned dos aquí y dos allá. Aceptad a
estos médicos misioneros como aceptaríais a Cristo y ved qué obra