Página 284 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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El premio del servicio
“Cuando hagas comida o cena”, dijo Cristo, “no llames a tus
amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no
sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar y seas recompensado.
Mas cuando hagas banquete llama a los pobres, los mancos, los cojos,
y los ciegos; y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden
recompensar, pero serás recompensado en la resurrección de los
justos”.
Lucas 14:12-14
.
Con estas palabras Cristo establece un contraste entre las prácti-
cas egoístas del mundo y el ministerio altruista del cual él ha dado
un ejemplo con su propia vida. No ofrece ningún premio de ganan-
cia o de reconocimientos mundanales para este ministerio. “Serás
recompensado—dijo él—en la resurrección de los justos”. Enton-
ces los frutos de cada uno se harán manifiestos y cada cual segará
aquello que sembró.
Este pensamiento debiera ser de estímulo y ánimo para cada
obrero de Dios. En esta vida nuestro trabajo por Dios, a menudo
parece no producir frutos. Nuestros esfuerzos para hacer el bien
pueden ser arduos y constantes, sin embargo, podría ser que no se nos
permita ver sus resultados. El esfuerzo puede parecernos infructuoso.
Pero, el Salvador nos asegura que nuestra obra es apreciada en el
cielo y que la recompensa es segura. El apóstol Pablo, inspirado por
el Espíritu, dice, “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su
tiempo segaremos, si no desmayamos”.
Gálatas 6:9
. En las palabras
del salmista leemos: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa
semilla; más volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”.
Salmos 126:6
.
Mientras el gran premio final se concederá en la venida de Cris-
to, el servicio ofrecido de corazón a Dios nos premia también en
esta vida. El obrero tendrá que enfrentarse a obstáculos, oposición y
amargos desalientos que afligirán el corazón. Podrá no ver el fruto
de su trabajo. Pero, a pesar de todo esto encuentra en su labor una
recompensa bendita. Todos los que se entregan a Dios en servicio
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