Página 286 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
final. Como Salvador del mundo, Cristo a menudo enfrentó fracasos
aparentes. Parecía producir poco en la obra que anhelaba realizar,
animando y salvando. Agentes satánicos actuaban constantemente
para obstruir su senda. Pero él no se desanimaba. Tuvo siempre
presente el resultado de su misión. Sabía que la verdad triunfaría
finalmente en su contienda con el mal, y a sus discípulos dijo: “Es-
tas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo
tendréis aflicciones: mas confiad, yo he vencido al mundo”.
Juan
16:33
. La vida de los seguidores de Cristo debe ser como la suya:
una serie de victorias ininterrumpidas, no consideradas como tales
aquí, pero reconocidas en el porvenir.
Los que trabajan por el bienestar de otros están ligados a los
seres celestiales. Disponen de su constante compañía y su incesante
ministerio. Ángeles de luz y poder están siempre cerca para prote-
ger, confortar, sanar instruir e inspirar. Suyas son la educación más
elevada, la cultura más genuina y el servicio más exaltado posible
para los seres humanos en este mundo.
A menudo nuestro Padre misericordioso anima a sus hijos y
fortalece su fe permitiéndoles ver aquí evidencias de su poder y de su
gracia sobre los corazones y vidas de aquellos por quienes trabajan.
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos
que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos,
y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como
desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino
que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al
que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de
mi boca: no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero,
será prosperada en aquello para que la envié. Porque con alegría
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saldréis y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán
canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán
palmadas de aplauso. En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar
de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal
eterna que nunca será raída”.
Isaías 55:8-13
.
En la transformación del carácter, en la expulsión de las malas
pasiones, al desarrollar las encantadoras gracias del Espíritu Santo
de Dios, vemos el cumplimiento de la promesa: “En lugar de zarza