Página 298 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

294
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
Si los obreros quieren dedicar su atención a lo que es verdadero, vi-
vificantre y real; si quieren orar por el Espíritu Santo, creer y confiar
en él, su poder se derramará sobre ellos en poderosos raudales celes-
tiales, y hará impresiones adecuadas y verdaderas sobre el corazón
humano. Por lo tanto orad y trabajad, trabajad y orad, y el Señor
obrará con vosotros.
Cada colportor necesita positiva y constantemente del ministerio
angélico; porque tiene una obra importante que hacer, una obra
imposible de realizar por sus propias fuerzas. Los que han renacido,
que están dispuestos a ser guiados por el Espíritu Santo y hacer a
la manera de Cristo lo que puedan, los que quieran trabajar como si
pudiesen ver al universo celestial observándolos, serán acompañados
e instruidos por los ángeles santos, que irán delante de ellos a las
casas y prepararán el camino para ellos. Una ayuda de esta natraleza
supera sobradamente las ventajas que se supone pueden dar los
adornos costosos.
Cuando la gente de la iglesia perciba los tiempos en que vivimos,
obrará como si estuvieran en presencia de los seres celestiales. El
colportor venderá los libros que imparten luz y fuerza al intelecto.
Beberá del espíritu de estos libros y los presentará a la gente con todo
su entusiasmo y pericia. Su fuerza, su valor y su éxito dependerán
de cuán plenamente esté entretejida en su propia experiencia, y
desarrollada en su carácter, la verdad presentada en lo que vende.
Cuando su propia vida esté modelada de esta manera, podrá presentar
adecuadamente ante los demás la verdad sagrada que lleva. Imbuido
por el Espíritu de Dios, obtendrá una experiencia profunda y rica, y
los ángeles celestiales le darán éxito en su trabajo.
[322]
A nuestros colportores, a todos aquellos a quienes Dios ha con-
fiado talentos para que cooperen con él, quiero decir: Orad. Oh, orad
por una experiencia más profunda. Salid con el corazón enternecido
y subyugado por el estudio de las verdades preciosas que Dios nos
ha dado para este tiempo. Bebed con deleite el agua de la salvación,
para que sea en vosotros una fuente viva, que fluya para refrigerar
las almas a punto de perecer. Dios os dará entonces la sabiduría que
os habilite para impartir lo bueno a otros. Os hará canales para que
comuniquéis sus bendiciones. Os ayudará a revelar sus atributos y a
compartir la sabiduría y el entendimiento que os ha dado.