Página 350 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
del uso que demos en esta vida a nuestro tiempo, nuestras fuerzas y
a la influencia que ejerzamos.
* * * * *
David declaró: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas
son tus obras”.
Salmos 139:14
. Si Dios nos ha concedido una morada
tal, ¿no debiera examinarse cuidadosamente cada habitación? Las
recámaras de la mente y el corazón son las más importantes. Luego,
en vez de vivir en el sótano de la casa, disfrutando placeres sensuales
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y degradantes, ¿no deberíamos abrir las más hermosas habitaciones
e invitar al Señor Jesús para que venga y more con nosotros?
Los ministros deben enseñar la reforma pro salud
Nuestros ministros deberían dominar el tema de la reforma pro
salud. Necesitan familiarizarse con la fisiología y la higiene; deben
conocer las leyes que rigen la vida y el efecto que tienen sobre la
salud de la mente y del alma.
Millares de personas conocen muy poco acerca del maravilloso
cuerpo que Dios les ha dado, o acerca del cuidado que debe recibir;
y consideran que es de más importancia estudiar otros temas menos
relevantes. Los ministros tienen una obra que realizar al respecto.
Cuando asuman la postura adecuada con relación a este tema, se
logrará mucho. Deben obedecer las leyes de la vida en sus propias
vidas y hogares y practicar los principios correctos, y vivir en forma
saludable. Entonces podrán predicar correctamente acerca de este
tema y guiar a la gente para que alcance niveles cada vez más
elevados en la obra de la reforma. Si viven ellos mismos en la luz
podrán presentar un mensaje de más valor que los que necesitan
recibir un testimonio sobre el tema.
Si los ministros combinan la presentación del tema de la reforma
pro salud con su trabajo en las iglesias, podrán obtener grandes ben-
diciones y una rica experiencia. La gente debe recibir la luz acerca
de la reforma pro salud. Esta labor se ha descuidado, y muchos están
hoy cerca de la muerte porque necesitan la luz que deberían tener,
y que necesitan tener antes de poder abandonar las complacencias
egoístas.