Página 367 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Nuestra actitud hacia las autoridades civiles
Algunos de nuestros hermanos han dicho y escrito muchas cosas
que se interpretan como opuestas al gobierno y las leyes. Es un error
exponernos así a una interpretación errónea. No es prudente censurar
continuamente lo que están haciendo los gobernantes. Nuestra obra
no consiste en atacar a los individuos o las instituciones. Debemos
ejercer gran cuidado para no ser interpretados como opositores a las
autoridades civiles. Es verdad que nuestra guerra es agresiva, pero
nuestras armas deben basarse en un claro “Así dice Jehová”. Nuestra
obra consiste en preparar un pueblo que subsista en el gran día de
Dios. No debemos desviarnos y entrar en cosas que estimularán la
controversia, ni despertar antagonismo en los que no son de nuestra
fe.
No debemos trabajar de una manera que nos señale como que pa-
rece abogar por la traición. Debemos eliminar de nuestros escritos y
expresiones toda declaración que, por sí misma, podría representarse
falsamente y hacernos aparecer como opositores a la ley y al orden.
Todo debe considerarse cuidadosamente, no sea que sentemos por
escrito algo que parezca alentar la deslealtad para nuestro país y sus
leyes. No se requiere de nosotros que desafiemos a las autoridades.
Vendrá un momento en que, a causa de nuestra defensa de la verdad
bíblica, seremos tratados como traidores; pero no lo apresuremos
por actos imprudentes que despierten animosidad y disensión.
Llegará el momento en que las expresiones incautas de un carác-
ter denunciador, que hayan sido pronunciadas o escritas negligente-
mente por nuestros hermanos, serán usadas por nuestros enemigos
para condenarnos. Las emplearán no sólo para condenar a los que
hicieron las declaraciones, sino que las atribuirán a toda la organiza-
ción adventista. Nuestros acusadores dirán que en tal y tal día, uno
de nuestros dirigentes dijo esto y lo otro, contra la administración
de las leyes de este gobierno. Muchos se quedarán asombrados al
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ver cómo fueron archivadas muchas cosas que darán pie a los ar-
gumentos de nuestros adversarios. Muchos se sorprenderán al oír
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