Página 379 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Preparación para la crisis final
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Nuestro tiempo es precioso. Nos quedan tan sólo muy pocos días
de gracia en los cuales prepararnos para la vida futura e inmortal. No
tenemos tiempo que gastar en movimientos desordenados. Debemos
temer la costumbre de leer superficialmente la Palabra de Dios.
* * * * *
Es tan cierto ahora como cuando Cristo se hallaba en la tierra que
toda penetración del Evangelio en el dominio del enemigo arrostra
la fiera oposición de sus vastos ejércitos. El conflicto que está por
sobrecogernos será el más terrible que se haya presenciado jamás.
Pero aunque Satanás se nos presente como guerrero poderoso y
armado, su derrota será completa, y perecerá con él todo aquel que
se le una al preferir la apostasía a la lealtad.
* * * * *
El Espíritu refrenador de Dios se está retirando ahora mismo del
mundo. Los huracanes, las tormentas, las tempestades, los incen-
dios y las inundaciones, los desastres por tierra y mar, se siguen en
rápida sucesión. La ciencia procura explicar todo esto. Menudean
en derredor nuestro las señales que nos dicen que se acerca el Hijo
de Dios, pero son atribuidas a cualquier causa menos la verdadera.
Los hombres no pueden discernir a los ángeles que como centinelas
refrenan los cuatro vientos para que no soplen hasta que estén se-
llados los siervos de Dios; pero cuando Dios ordene a sus ángeles
que suelten los vientos, habrá una escena de contienda que ninguna
pluma podrá describir.
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A los que son indiferentes en este tiempo, Cristo dirige esta amo-
nestación: “Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré
de mi boca”.
Apocalipsis 3:16
. La figura empleada al decir que os
vomitará de su boca, significa que no puede ofrecer a Dios vuestras
oraciones o vuestras expresiones de amor. No puede apoyar vues-
tras enseñanzas de su Palabra ni vuestra obra espiritual. No puede
presentar vuestros ejercicios religiosos con la petición de que se os
conceda gracia.
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