Página 378 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
tiempo fijado era largo”.
Daniel 10:1
. Falta ahora muy poco tiempo
para que los testigos de Dios hayan cumplido su obra de preparar el
camino del Señor.
* * * * *
Hemos de poner a un lado nuestros planes estrechos y egoístas,
recordando que se nos ha encargado una obra de la mayor magnitud
y de la más elevada importancia. Al hacer esta obra estamos pre-
gonando los mensajes del primer ángel, del segundo y del tercero,
y preparando así la llegada de aquel otro ángel del cielo que ha de
iluminar la tierra con su gloria.
* * * * *
El día del Señor se está acercando furtivamente; pero los que
se llaman grandes y sabios no conocen las señales de la venida de
Cristo y del fin del mundo. Abunda la iniquidad y el amor de muchos
se ha enfriado.
Miles y millares, sí, millones y millones, hacen ahora su decisión
para la vida eterna o la muerte eterna. El hombre que está absorto en
su contabilidad, el que halla placer ante la mesa de juego, el que se
deleita en satisfacer el apetito pervertido, el amador de diversiones,
los que frecuentan el teatro y el salón de baile, no tienen en cuenta
la eternidad. Toda la preocupación de su vida es: ¿Qué comeremos?
¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos? No forman parte de
la procesión que avanza hacia el cielo. Son conducidos por el gran
apóstata, y con él serán destruidos.
* * * * *
A menos que comprendamos la importancia de los momentos
que están pasando rápidamente a la eternidad, y nos preparemos
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para subsistir en el gran día de Dios, seremos mayordomos infieles.
El centinela debe saber qué hora de la noche es. Todo está ahora
revestido de una solemnidad que deben comprender todos los que
creen la verdad para este tiempo. Deben actuar con referencia al
día de Dios. Los juicios de Dios están por caer sobre el mundo, y
necesitamos prepararnos para aquel gran día.