Página 384 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Jóvenes en el ministerio
Nadie debe empequeñecer el ministerio evangélico. Ninguna
empresa debe dirigirse de manera que se llegue a pensar que el
ministerio de Palabra es un asunto inferior. No es así. Los que
empequeñecen dicho ministerio, en realidad están empequeñeciendo
a Cristo. La obra más elevada de todas es el ministerio en sus diversas
fases, y debiera decirse con insistencia a los jóvenes que no existe
otra obra más bendecida por Dios que el ministerio evangélico.
Que nadie desanime a los jóvenes de ingresar en el ministerio.
Existe el peligro de que mediante vívidas demostraciones algunos se
desvíen del camino por el que Dios desea que vayan. Algunos han
sido instados a seguir estudios de especialidades médicas, en lugar
de estar preparándose para ingresar en el ministerio. Dios necesita
más ministros para que trabajen en su viña. Se dijo lo siguiente:
“Reforzad los puestos de avanzada; mantened fieles centinelas en
todas partes del mundo”. Dios os llama, ejércitos de jóvenes de gran
corazón y de mente amplia, jóvenes que sientan profundo amor por
Cristo y por la verdad.
La medida de capacidad o aprendizaje es mucho menos impor-
tante que el espíritu con el cual os dedicáis a la obra. El ministerio no
necesita hombres famosos y eruditos; tampoco necesita elocuentes
predicadores de sermones. Dios busca hombres y mujeres que se
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entreguen a él para ser persuadidos por su Espíritu. La causa de
Cristo y la humanidad requieren hombres santificados y abnegados,
que puedan avanzar por sí mismos y que sean capaces de soportar la
crítica. Enseñadles a ser hombres fuertes y valientes, adecuados para
ocuparse de operaciones importantes, y permitid que hagan pacto de
sacrificio con Dios.
El ministerio no es un lugar para ociosos. Los siervos de Dios
deben presentar pruebas válidas de su ministerio. No deben ser hol-
gazanes, sino como expositores de Palabra desplegarán todas sus
energías para ser fieles. No deben jamás dejar de aprender. Deben
cumplir las responsabilidades propias de su llamamiento para que
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