Página 399 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

Las actividades misioneras
395
una prueba de su habilidad o incapacidad para servir en un campo
más amplio.
El ejemplo de Felipe y Natanael
El caso de Felipe y Natanael es un ejemplo de la verdadera obra
misionera. Felipe había visto a Jesús, y estaba convencido de que
era el Mesías. Lleno de gozo, deseaba que sus amigos conociesen
también las buenas nuevas. Deseaba que la verdad que le había traído
tanto consuelo fuese compartida por Natanael. La gracia verdadera
revelará siempre su presencia en el corazón. Felipe fue a buscar a
[428]
Natanael, y cuando le llamó, éste contestó desde el lugar donde oraba
bajo la higuera. Natanael no había tenido oportunidad de escuchar las
palabras de Jesús, pero había sido atraído a él en espíritu. Anhelaba
recibir luz, y estaba en ese momento orando sinceramente por ella.
Felipe exclamó con gozo: “Hemos hallado a aquel de quien escribió
Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús el hijo de José, de
Nazaret”.
Juan 1:45
. A la invitación de Felipe, Natanael buscó y
halló al Salvador, y a su vez se unió a la obra de ganar almas para
Cristo.
Uno de los medios más eficaces por los cuales se puede comuni-
car la luz, es por el esfuerzo privado y personal. En el círculo de la
familia, en los hogares de nuestros vecinos, al lado de los enfermos,
muy quedamente podemos leer las Escrituras y decir una palabra
en favor de Jesús y la verdad. Así podemos sembrar una semilla
preciosa que brotará y dará fruto.
La familia como campo misionero
Nuestra obra por Cristo debe comenzar con la familia, en el
hogar. La educación de los jóvenes debe ser diferente de la que
se les ha impartido en el pasado. El bienestar de ellos exige mayor
esmero que el que se les ha dedicado antes. No hay campo misionero
más importante que éste. Los padres deben enseñar a sus hijos por
precepto y por ejemplo a trabajar por los inconversos. Hay que
educar a los niños de tal manera que simpaticen con los ancianos
y los afligidos y traten de aliviar los sufrimientos de los pobres y
angustiados. Debe enseñárseles a ser diligentes en la obra misionera;