Página 42 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
o tres semanas. Ocasionalmente puede ser aconsejable tener estos
congresos en períodos sucesivos en el mismo lugar; pero, como regla,
el lugar de las reuniones debe ser diferente de año en año. En vez
de tener congresos campestres gigantescos en unos pocos lugares,
sería más beneficioso tener reuniones más pequeñas en más lugares.
Así la obra se extenderá constantemente a nuevos sectores. Tan
pronto como el estandarte de la verdad se levante en una localidad,
y los nuevos conversos ya no abriguen dudas ni errores, debemos
hacer planes para entrar a nuevos territorios. Nuestros congresos
campestres tienen poder, y cuando se realizan en un lugar donde la
comunidad puede ser conmovida, tendrán un poder mucho mayor
que cuando, por la conveniencia de nuestros miembros, se lleven a
cabo donde el interés público haya disminuido a causa de reuniones
anteriores o del rechazo de la verdad.
Ha sido un error al celebrar los congresos en lugares apartados,
y al repetirlos en el mismo lugar año tras año. Esto se ha hecho
para reducir gastos y esfuerzos, pero los ahorros debieran hacerse
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en otros aspectos. Especialmente en lugares nuevos, una carencia
de medios a menudo hace difícil hacer frente a los gastos generados
por un congreso campestre. Es necesario ejercer cuidado en la eco-
nomía y elaborar planes que no exijan grandes gastos, porque de esa
manera puede ahorrarse mucho. Sin embargo, hay que cuidar de no
perjudicar la obra por el afán de ahorrar. Este método de presentar
la verdad a la gente ha sido establecido por Dios. Cuando se trabaja
por las almas y se presenta la verdad a quienes no la conocen, no
hay que detenerla por ahorrar dinero.
Nuestros congresos campestres deben conducirse de tal manera
que logren el máximo posible de bendiciones. Que la verdad sea
presentada y representada apropiadamente por aquellos que creen en
ella. Lo que el mundo necesita es luz, luz del cielo; y todo aquello
que manifieste que Cristo es luz.
Una lección objetiva
Cada congreso campestre debe ser una lección práctica de buen
gusto, orden y pulcritud. Debe prestarse cuidadosa atención a la
economía y evitar la ostentación, pero todo debe estar limpio y
ordenado. El buen gusto y el tacto atraen mucho. En todo lo que