Página 426 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

422
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Vino
palabra de Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán
el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás
que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que
menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la
plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová,
que recorren toda la tierra. Hablé más, y le dije: ¿Qué significan
estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda? Hablé
aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que
por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? Y me
respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.
Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de
toda la tierra”.
Zacarías 4:1-14
.
Todo el cielo se interesa, no sólo en las tierras que están cerca
y que necesitan nuestra ayuda, sino en las tierras que están lejos.
Los seres celestiales están observando y esperando que los agentes
humanos se conmuevan profundamente con las necesidades de sus
compañeros de trabajo que están en perplejidad y prueba, en tristeza
y angustia.
Cuando una de las instituciones del Señor cae en un estado
ruinoso, las instituciones más prósperas debieran trabajar al máximo
de su capacidad para ayudar a la institución debilitada, para que el
nombre de Dios no sea deshonrado. Toda vez que los gerentes de
las instituciones de Dios cierran sus corazones a las necesidades de
[458]
instituciones hermanas, y descuidan de hacer todo esfuerzo posible
para socorrerlas, diciendo egoístamente: “Que sufran”; Dios advierte
su crueldad y llegará el tiempo cuando tendrán que pasar por una
experiencia de humillación similar. Pero, mis hermanos, ustedes no
tienen la intención de hacer esto. Sé que no piensan hacerlo.
Cada recurso que tenemos en Europa para el progreso de la obra
es necesario; cada institución debiera estar en una condición salu-
dable, floreciente, ante un mundo profano. Que los ángeles de Dios
que están ministrando a aquellos que llevan responsabilidades no
vean obreros de Dios descorazonados. Debido a nuestra demora,
las dificultades ya han aumentado, de modo que la obra de restau-
ración requerirá ahora mayor trabajo y gastos. En el nombre del
Señor pedimos a su pueblo que posee recursos que muestre que son
mayordomos fieles. Reparad el mecanismo tan esencial para llevar