Página 172 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
del mar, y a todas partes del mundo. A medida que se extienda la
obra, habrá que manejar grandes intereses. Pero la obra no debe
centralizarse en una sola parte. La sabiduría humana sostiene que es
más conveniente agrandar los intereses en el lugar donde el trabajo
ya ha cobrado cierto carácter e influencia, pero se han cometido
errores en este sentido. Soportar las cargas es lo que produce fuerzas
y desarrollo. Y en diferentes lugares el librar a los obreros de las
responsabilidades significa colocarlos donde sus caracteres se man-
tendrán sin desarrollarse y sus poderes permanecerán reprimidos y
debilitados. La obra es del Señor, y no es su voluntad que la fuerza
y la eficacia se concentren en un solo lugar. Que cada institución se
mantenga independiente, llevando a cabo los planes de Dios.
Consolidación
La política de la consolidación, dondequiera que se lleve a cabo,
tenderá a la exaltación de lo humano en lugar de lo divino. Los que
deben llevar las responsabilidades en las diferentes instituciones
dependen de la autoridad central para recibir dirección y apoyo.
A medida que se debilita el sentido de la responsabilidad personal,
pierden la más elevada y preciosa de todas las experiencias humanas,
la constante dependencia del alma de Dios. Al no darse cuenta de
su propia necesidad, dejan de velar y orar constantemente y de
someterse incesantemente a Dios, el único que puede capacitar a
los hombres a escuchar y obedecer las enseñanzas de su Espíritu
Santo. Así se coloca al hombre en el lugar donde Dios debiera estar.
De este modo las personas que han sido colocadas en este mundo
para actuar como embajadores del cielo se contentan con buscar la
sabiduría de hombres finitos y sujetos a error, cuando podrían estar
recibiendo la sabiduría y la fuerza del Dios infalible e infinito.
No es la voluntad del Señor que los obreros de sus instituciones
acudan a los hombres ni confíen en ellos. El desea que la atención
de ellos se concentre en él.
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Nuestras casas editoras no debieran depender nunca unas de
otras hasta el punto en que una de ellas tenga el poder de decidir
la forma como la otra se manejará. Cuando se coloca un poder
tan grande en las manos de unas pocas personas, Satanás realizará
esfuerzos definidos para pervertir el juicio, para insinuar principios