Página 194 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
producirán en nosotros ningún crecimiento espiritual a menos que
nos apropiemos de ellas. Debemos comer la Palabra de Dios: hacerla
parte de nosotros mismos.
Reúnanse pequeños grupos por las tardes, al mediodía, o tem-
prano en la mañana para estudiar la Biblia. Tengan un momento de
oración, para que el Espíritu Santo los fortalezca, ilumine y santi-
fique. Cristo desea que esta obra se realice en el corazón de cada
obrero. Cada uno de ustedes obtendrá una gran bendición si tan sólo
abre la puerta para recibirla. Los ángeles de Dios están presentes
en sus reuniones. Ustedes se alimentarán con las hojas del árbol de
la vida. Qué hermoso testimonio podrán dar del amor manifestado
entre compañeros de trabajo durante esos preciosos momentos de
buscar la bendición de Dios. Que cada uno relate su propia expe-
riencia con palabras sencillas. Esto traerá más consuelo y alegría al
alma que todos los instrumentos de música que pudieran reunirse
en las iglesias. Cristo entrará en sus corazones. Sólo por este medio
podrán ustedes mantener su integridad.
Muchos parecen pensar que es tiempo perdido el que se dedica
a buscar al Señor. Pero cuando él interviene para colaborar con
el esfuerzo humano y los hombres y las mujeres cooperan con él,
se observa un cambio marcado en la obra y sus resultados. Cada
corazón que ha sido visitado por los radiantes rayos del sol de justicia
revelarán la obra del Espíritu de Dios en su voz, mente y carácter.
La maquinaria se moverá como si estuviera aceitada y guiada por
una mano maestra. Habrá menos fricciones cuando el espíritu del
obrero reciba el aceite de las dos ramas de oliva. La santa influencia
se impartirá a los demás en forma de palabras bondadosas, ternura,
amor y estímulo.
* * * * *
Evangelistas temerosos de Dios deberían realizar esfuerzos fer-
vientes en favor de los aprendices, para que se conviertan. Se los
debería instruir cuidadosamente en lo que concierne a la verdad.
Debería animárselos a estudiar diariamente la Biblia y un instructor
debería leerla y estudiarla con ellos.
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El conocimiento progresivo de Cristo que se obtiene mediante
el estudio de las Escrituras, bajo la dirección del Espíritu Santo,