Página 199 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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El dominio propio y la fidelidad
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serán al fin los postreros. El pecado más incurable es el orgullo y
la presunción. Estos defectos impiden todo crecimiento. Cuando
un hombre tiene defectos de carácter y no lo sabe, cuando está
tan lleno de suficiencia propia que no puede ver sus faltas, ¿cómo
puede ser purificado? “Los que están sanos no tienen necesidad de
médico, sino los enfermos”.
Mateo 9:12
. ¿Cómo puede uno realizar
progresos si se cree perfecto?
Cuando un hombre a quien se cree conducido y enseñado por
Dios se aparta del buen camino porque tiene demasiada confianza en
sí mismo, muchos siguen su ejemplo. Su paso en falso puede tener
por resultado el extravío de millares.
* * * * *
Considerad la parábola de la higuera: “Y dijo esta parábola:
Tenía uno una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en
ella, y no lo halló. Y dijo al viñero: He aquí tres años ha que vengo a
buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿por qué ocupará
aún la tierra? El entonces respondiendo, le dijo: Señor, déjala aún
este año, hasta que la excave, y estercole. Y si hiciere fruto, bien; y
si no, la cortarás después”.
Lucas 13:6-9
.
“Y si no”. En estas palabras hay una lección para cuantos están
relacionados con la obra de Dios. Se concedió un período de prueba
al árbol que no lleva fruto. Asimismo, Dios tendrá paciencia con su
pueblo. Pero dice de aquellos que han gozado de grandes ventajas,
que ocupan puestos de confianza, y que sin embargo no llevan fruto:
“Córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra?”
Lucas 13:7
.
Recuerden los que están relacionados con las instituciones del
Señor que Dios espera hallar frutos en su viña. Pide una cosecha en
proporción a las bendiciones que concede. Los ángeles del cielo han
visitado cada lugar donde las instituciones de Dios están estableci-
das, y ministrado en ellas. La infidelidad es en estas instituciones
un pecado mayor que en otra parte, porque ejerce mayor influencia
que en cualquier otro lugar. La infidelidad, la injusticia, la compli-
cidad con el mal impiden que la luz de Dios resplandezca en los
instrumentos del Señor.
El mundo observa, listo para criticar con perspicacia y severidad
vuestras palabras, vuestras acciones y vuestros asuntos comerciales.
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