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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
Hermanos, no traten de descubrir cuál es el mínimo que pueden
hacer con el fin de alcanzar la norma más baja; sino levántense para
asirse de la plenitud de Cristo, con el fin de hacer mucho para él.
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El Señor busca a hombres que vean la obra en toda su grandeza y
que entiendan los principios que han ido entrelazados con ella desde
sus comienzos. El no aceptará que un orden mundano de cosas
se introduzca para moldear la obra de acuerdo con lineamientos
completamente diferentes de los que él ha marcado para su pueblo.
La obra debe ostentar el carácter de su Originador.
La misericordia y la verdad se encontraron en el sacrificio de
Cristo por los hombres caídos, y la justicia y la paz se besaron.
Cuando estos atributos se separan de la obra más grandiosa y apa-
rentemente de mejor éxito, a ésta no le queda nada.
Dios no ha singularizado a unos pocos hombres para conceder-
les su favor mientras deja a los demás sin cuidar de ellos. El nunca
encumbrará a uno en tanto que echa a otro por el suelo para oprimir-
lo. Todos los que se hayan convertido genuinamente manifestarán
el mismo espíritu. Tratarán a su prójimo como tratarían a Cristo.
Ninguno ignorará los derechos del otro.
* * * * *
Los siervos de Dios deberían tener un respeto tan grande por la
obra sagrada que manejan, que no introducirán en ella ni siquiera un
vestigio de egoísmo.
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