Página 209 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Fe y valor
El señor ordenó a Moisés que refiriese a los hijos de Israel
cómo los había librado del yugo de Egipto y les había conservado
milagrosamente la vida en el desierto. Moisés debía recordarles
su incredulidad, sus murmuraciones cuando fueron probados, así
como la gran misericordia y tierna bondad del Señor que no los
abandonaron nunca. Ello debía estimular su fe y fortalecer su valor.
Al par que comprenderían su estado de debilidad y pecado, se darían
cuenta también de que Dios era su justicia y fortaleza.
De igual importancia es hoy que el pueblo de Dios recuerde los
lugares y circunstancias en que fue probado, en que su fe desfalleció,
en que hizo peligrar su causa por su incredulidad y confianza en sí
mismo. La misericordia de Dios, su providencia, sus libramientos
inolvidables deben ser recordados uno tras otro. A medida que el
pueblo de Dios repase así lo pasado, debe comprender que el Señor
repite su trato. Debe prestar atención a las advertencias que le son
dadas y guardarse de volver a caer en las mismas faltas. Renunciando
a toda confianza en sí mismos, los hijos de Dios deben confiar en
él para que los guarde del pecado que podría deshonrar su nombre.
Cada vez que Satanás obtiene una victoria, hay almas que peligran;
algunos caen bajo sus tentaciones y no pueden recuperarse. Avancen
con prudencia los que hayan cometido alguna falta, y a cada paso
oren como el salmista: “Sustenta mis pasos en tus caminos, para que
mis pies no resbalen”.
Salmos 17:5
.
Dios manda pruebas para saber quiénes permanecerán fieles
cuando se hallen expuestos a la tentación. Coloca a cada uno en
situaciones difíciles para ver si confiará en una potencia superior.
Cada uno posee rasgos de carácter todavía ignorados y que deben
ser puestos en evidencia por la prueba. Dios permite que aquellos
que confían en sí mismos sean gravemente tentados, a fin de que
puedan comprender su incapacidad.
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Cuando sobrevienen pruebas; cuando vemos delante de nosotros,
no una gran prosperidad, sino, por el contrario, una situación que
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