Página 275 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Consideración para quienes luchan con dificultades
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La instrucción que me ha sido dada indica que los hombres que
colocan el fundamento de una obra, y que, frente al prejuicio luchan
por avanzar, no deben ser colocados en una luz desfavorable para que
otros puedan tomar sus lugares. Hay obreros fieles que han avanzado
en la tarea que Dios dijo que debía ser hecha, a pesar de la crítica
de algunos de sus hermanos. Si se los quitara ahora de su posición
de responsabilidad, se produciría una impresión injusta para ellos
y desfavorable para la causa, puesto que los cambios realizados se
considerarían como una justificación de las críticas injustas que se
habían hecho y de los prejuicios que existían. El Señor desea que no
se haga ningún movimiento que conlleve una injusticia contra los
que han trabajado larga y esforzadamente para levantar el trabajo
que se les ha asignado.
Cambios imprudentes
Se hacen muchos cambios que sería mejor nunca realizarlos. A
menudo, cuando los obreros se vuelven descontentos, en lugar de que
se los anime a permanecer donde están y hacer un éxito de su trabajo,
se los envía a otro lugar. Pero llevan consigo los mismos rasgos de
carácter que han hecho que en el pasado malogren su trabajo. En
el nuevo lugar manifestarán el mismo espíritu desemejante a Cristo
porque todavía no han aprendido la lección de servicio paciente y
humilde.
Yo les suplico que se establezca un procedimiento diferente.
Se deben realizar cambios en los grupos de obreros de nuestras
asociaciones e instituciones. Se deben buscar hombres eficientes y
consagrados para animarlos a unirse como ayudantes y colabora-
dores de quienes llevan las responsabilidades actualmente. Que en
el espíritu del amor fraternal reine una unidad armoniosa entre los
nuevos y los antiguos. Pero no se efectúen cambios administrati-
vos abruptos de modo que se produzca desaliento en las personas
que han laborado tesonera y exitosamente para promover la obra
hasta cierto nivel de progreso. Dios no aprobará ninguna acción
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realizada para desalentar a sus servidores fieles. Que se apeguen a
los principios de la justicia los que tienen el deber de conseguir la
administración más eficiente posible para nuestras casas editoras,
sanatorios y escuelas.