Página 66 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
para sostenerse a sí mismos a la vez que para sostener a otros en
dicho campo.
Se deben establecer hospitales pequeños en muchas partes. Esto
abrirá las puertas a la entrada de las verdades bíblicas y borrará
muchos de los prejuicios que existen contra los que consideran que
la gente de color tiene un alma que salvar lo mismo como los blancos.
¡Cuán diferente sería la condición actual de la gente de color si estas
avenidas de trabajo se hubieran establecido inmediatamente después
de la proclamación de su libertad!
En todos los países
El Señor nos invita a despertar a la conciencia de nuestras res-
ponsabilidades. Dios ha dado una obra que hacer a cada ser humano.
Cada uno puede vivir una vida de utilidad. Aprendamos todo lo que
podamos para ser luego una bendición para los demás al impartirles
el conocimiento de la verdad. Que cada uno sirva de acuerdo con
sus habilidades, y que ayude a llevar las cargas voluntariamente.
Dondequiera que uno vaya hay una tarea que realizar en favor
de todas las clases sociales. Debemos acercarnos a los pobres y a
los depravados que han caído por causa de su intemperancia. Y, al
mismo tiempo, tampoco debemos olvidar a las clases más elevadas:
abogados, ministros, senadores y jueces, muchos de los cuales son
esclavos de hábitos intemperantes. No debemos escatimar ningún
esfuerzo para mostrarles que la salvación de sus almas es importante,
y que vale la pena luchar por la vida eterna. Debiéramos invitar a
la gente que ocupa posiciones elevadas a que acepten el voto de
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abstinencia total, y pedirles que dediquen el dinero que normalmente
gastarían en la satisfacción de los dañinos hábitos de licor y tabaco,
al establecimiento de instituciones donde niños y jóvenes se puedan
preparar para ocupar posiciones de utilidad en el mundo.
Sobre nosotros ha resplandecido una gran luz. ¡Pero cuán po-
co reflejamos esa luz ante el mundo! Hay ángeles celestiales que
esperan que los seres humanos colaboren con ellos en la obra de
promover los principios de la verdad en forma práctica. Una gran
parte de esta tarea será realizada por medio de las actividades de
nuestros sanatorios y por otros medios diversos. Estas instituciones
están llamadas a ser monumentos para Dios, donde su poder sanador