Página 90 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 7
Pero necesitamos construcciones espaciosas; y si los ladrillos son
demasiado costosos, debemos construir de madera. Debemos estu-
diar la economía y practicarla. Esto se hace indispensable a causa de
la enormidad del trabajo que debe realizarse en los diversos aspectos
de la viña moral de Dios.
Se ha sugerido que en las estructuras de madera los pacientes no
se sentirán seguros por temor de los incendios. Pero si nos hallamos
situados en el campo, y no en la ciudad, donde los edificios están
apiñados, un fuego se originaría internamente, no desde afuera; por
lo tanto, un edificio de ladrillo no sería ninguna salvaguardia. A los
pacientes se les debería explicar que para la salud un edificio de
madera es preferible a uno de ladrillo.
* * * * *
Durante años me ha sido dada luz especial acerca de nuestro
deber de no centralizar nuestra obra en las ciudades. El ruido y el
bullicio que las llenan, las condiciones que en ellas crean los sin-
dicatos y las huelgas, impedirán nuestra obra. Ciertos individuos
tratan de lograr que las personas de diferentes oficios se sindicali-
cen. Tal no es el plan de Dios, sino de una potencia que de ningún
modo debemos reconocer. La palabra de Dios se cumple: Los malos
parecen juntarse en haces para ser quemados.
Debemos emplear ahora todas las capacidades que se nos han
confiado para dar al mundo el último mensaje de misericordia. En
esta obra debemos conservar nuestra individualidad. No debemos
unirnos a sociedades secretas ni sindicatos. Debemos permanecer
libres en Dios y esperar de Jesús las instrucciones que necesitamos.
Todos nuestros movimientos deben realizarse comprendiendo la
importancia de la obra que hacemos para Dios.
* * * * *
Me ha sido mostrado que las ciudades están repletas de confu-
sión, violencia y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta
el fin de la historia del mundo.
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