Página 120 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos
es la casa de Israel,
y los hombres de Judá planta deliciosa suya.
Esperaba juicio, y he aquí vileza;
justicia, y he aquí clamor.
¡Ay de los que... no miran la obra de Jehová,
ni consideran la obra de sus manos.
Por lo tanto, mi pueblo fue llevado cautivo,
porque no tuvo conocimiento...!
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo;
que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas, luz;
que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
¡Ay de los sabios en sus propios ojos,
y de los que son prudentes delante de sí mismos!
Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo,
y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre,
y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon
la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron
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la palabra del Santo de Israel.
Isaías 5:7, 11-13, 20, 21, 24.
“Escritas para nuestra amonestación”
“Estas cosas... están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes
han alcanzado los fines de los siglos”.
1 Corintios 10:11
.
“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón
malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos
los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy, para que
ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque
somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme
hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones
como en la provocación.