Página 123 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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El olvido
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La marca de la bestia es lo opuesto a esto; la observancia del
primer día de la semana. Esta marca distingue a los que reconocen
la supremacía de la autoridad papal de aquellos que reconocen la
autoridad de Dios.
El fuerte pregón
Así como fue predicho en el capítulo 18 de Apocalipsis, el men-
saje del tercer ángel ha de ser proclamado con gran poder por aque-
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llos que dan la advertencia final contra la bestia y su imagen: “Des-
pués de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la
tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, dicien-
do: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación
de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda
ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido
del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han for-
nicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de
la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid
de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni
recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta
el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como
ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que
ella preparó bebida, preparadle a ella el doble”.
Apocalipsis 18:16
.
Este es el mensaje dado por Dios que ha de hacerse sonar en el
fuerte pregón del tercer ángel.
Aquellos cuya fe y celo son proporcionales a su conocimiento de
la verdad manifestarán su lealtad a Dios comunicando la verdad en
todo su poder salvador y santificador a todos con quienes se asocian.
Sus vidas piadosas y su servicio abnegado estarán en conformidad
con los principios vitales del reino de los cielos.
“Y os habéis olvidado”
¡Es una solemne y aterradora verdad que muchos de los que han
sido celosos en la proclamación del mensaje del tercer ángel se están
volviendo apáticos e indiferentes! La línea de demarcación entre los
mundanos y los cristianos profesos es casi indistinguible. Muchos
que una vez fueron adventistas fervientes están conformándose al