Página 141 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Concentración excesiva en Battle Creek
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los intereses importantes establecidos allí fueran divididos y sub-
divididos, otras iglesias se verían fortalecidas. Hemos de trabajar
abnegadamente en la gran viña del Señor, midiendo el tiempo, el
dinero, los intereses educacionales y los institutos ministeriales, de
tal manera que el más elevado número aprovechara los beneficios.
La ambición que hace que los hombres centralicen tantas empre-
sas en Battle Creek se debe restringir para que otros lugares sean
bendecidos con los beneficios que algunos pensaban reunir allí.
Al concentrar mucho en un solo lugar, se imparte una educación
equivocada al pueblo.
Hacer planes mayormente para Battle Creek no es nada sabio.
El mundo es nuestro campo de labor, y el dinero que se gasta en
este solo lugar alcanzaría para llevar adelante una obra agresiva en
muchas partes. Hay incontables ciudades donde la gente necesita
escuchar el mensaje evangélico. En vez de que tantos de nuestros
obreros capaces se concentren en Battle Creek, se deben asignar
hombres de una habilidad santificada a puestos activos en diferentes
localidades. Estos hombres debieran tener un interés vivo en muchos
lugares y estudiar la manera y los medios mediante los cuales puedan
adelantar la obra. No han de actuar en base a su propio criterio, sino
que han de combinarse para llevar a cabo la gran obra. Año tras
año, conforme vaya fortaleciéndose la obra en el lugar donde están
laborando, han de educar y adiestrar obreros y enviarlos a trabajar
en otras partes.
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El servicio abnegado
Hay que establecer un límite para la expansión de nuestras ins-
tituciones en Battle Creek. El campo es el mundo, y Dios tiene
interés en otras partes de su gran viña. Hay iglesias e instituciones
que para existir se esfuerzan hasta lo sumo por obtener un espacio
donde mantenerse en pie. Que nuestras prósperas instituciones se
encarguen de fortalecer lo que queda y está a punto de morir. ¡Con
cuánta facilidad no podría la gran iglesia de Battle Creek destinar
algunos de sus recursos para auxiliar las iglesias más pobres, que
están casi aplastadas bajo la carga de la deuda! ¿Por qué año tras año
estas iglesias hermanas se dejan solas para lidiar con la pobreza y
la deuda? El egoísmo engendra la muerte espiritual. ¡Cuánto mayor