Página 165 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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El propósito de Dios para la obra médica misionera
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desprestigian a la iglesia y su ministerio. Estas insinuaciones son
semillas que germinarán y llevarán fruto. Es preferible que se les
enseñe a los alumnos a darse cuenta de que la iglesia de Cristo en la
tierra debe ser respetada. Es preciso que tengan un claro conocimien-
to de las razones de nuestra fe. Este conocimiento es esencial para
que ellos puedan rendir un servicio aceptable ante Dios. Renglón
tras renglón, mandato sobre mandato. Han de recibir la evidencia
bíblica de la verdad tal cual es en Jesús.
Le ruego que por favor no les inculque a los alumnos ideas que
harán que ellos pierdan su confianza en los ministros que Dios ha
nombrado. Pero esto es precisamente lo que usted está haciendo, esté
consciente de ello o no. En su providencia, el Señor lo ha colocado en
una posición donde puede hacer una buena obra por él con relación
al ministerio evangélico, presentando la verdad ante muchos que de
otra manera no la llegarían a conocer. Se verá tentado a pensar que
para llevar a cabo la obra médica misionera es necesario alejarse
de la organización o el orden eclesiástico. Semejante posición le
hará tambalear. La obra que se hace por aquellos que vienen a usted
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buscando instrucción no quedará completa hasta que ellos sean
educados a trabajar en conexión con la iglesia.
No ha de hacerse de la obra médica misionera algo totalmente
abarcante. En este sentido, usted se ha extralimitado. Hay una mayor
obra que hacer. Hay que hacer circular por todo lugar las publica-
ciones que enseñan la verdad. Que no se anime a los estudiantes
médicos a diseminar solamente libros que tratan sobre reforma pro
salud. Cuídese de no estar llevando a cabo sus propios planes con
descuido de los de Dios.
* * * * *
Extracto de una carta escrita en 1898 desde Cooranbong, Australia
.
Hermano mío, el Señor Dios de Israel debe ser su consejero.
Satanás ha descendido con grande poder para obrar con todo engaño
y maldad. Apóyese en Jesús con toda su fuerza. Usted ha trabajado
infatigablemente para conseguir buenos resultados. Este no es el
tiempo para equivocarse. Nunca, nunca procure remover ni uno de
los hitos que el Señor le ha señalado a su pueblo. La verdad está