Página 172 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
La importancia de la obra médica misionera
Hace gran falta un aumento de conocimiento en todos los ramos
de la reforma pro salud. Los que han tenido el privilegio de oír la
verdad han de darle a la trompeta un sonido certero al proclamar
el mensaje del tercer ángel. Han de emprenderse líneas de trabajo
especiales, como, por ejemplo, la obra médica misionera. Esta obra
deberá llevarse a cabo en relación con el mensaje evangélico para
este tiempo. Una labor médica misionera genuina es el evangelio
puesto en práctica. Los que no entienden la responsabilidad de
realizar esta obra no debieran sentirse autorizados para manejar
ninguno de sus aspectos hasta saber la razón por la cual se lleva a
cabo.
Declaro resueltamente que el Señor ha provisto grandes bene-
ficios por medio de la obra médica misionera, y que ha usado al
médico principal como su agente designado. No todo dentro de
la obra médica misionera ha marchado perfectamente. Se han in-
miscuido con ella muchos asuntos que han afectado adversamente
su carácter sagrado. Pero el Señor tomará cargo de su causa, y se
asegurará de que este ramo no se desarrolle desproporcionadamente.
La obra no se echará a perder si la iglesia se levanta y resplandece,
haciendo evidente que ha venido su luz y que la gloria de Jehová ha
nacido sobre ella.
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Los obreros médicos misioneros deben estar purificados, san-
tificados y ennoblecidos. Han de alcanzar el punto máximo de la
excelencia. Han de ser amoldados y forjados a la semejanza divina.
Entonces verán que la reforma prosalud y la obra médica misionera
deben unirse con la predicación del evangelio.
La razón por la cual los miembros de iglesia no entienden este
ramo de la obra es porque no están siguiendo la luz ni andando paso
a paso tras su gran Jefe. La obra médica misionera proviene de Dios
y lleva su estampa. Por lo tanto, quítele el hombre las manos de
encima y deje de pretender manejarla conforme a sus propias ideas.
Nuestro mensaje es mundial. Y aunque los recursos no deben ser
empleados en una sola rama del trabajo, impidiendo que el evangelio
sea llevado a nuevos campos, no se debe permitir que la obra médica
misionera sea desacreditada en manera alguna. El mundo es un gran
lazareto corrompido por sus habitantes, y la miseria es universal. El