Página 210 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
fuerzas malévolas. Vedlo en su agonía sobre la cruz. Todo esto lo
padeció por nosotros.
Durante su vida terrenal, tan llena de luchas y sacrificios, Jesús
recibía aliento al pensar que sus padecimientos no serían en vano.
Al dar su vida por la vida de los hombres, volvería a conquistar
la lealtad del mundo. Aunque debía primero recibir el bautismo
de sangre, aunque los pecados del mundo pesarían sobre su alma
inocente, por el gozo puesto delante de él escogió de todos modos
sufrir la cruz, menospreciando el oprobio véase
Hebreos 12:2
.
Estudiad la definición que Cristo da de un verdadero misionero:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome
su cruz, y sígame”.
Marcos 8:34
. Seguir a Cristo, como lo indican
estas palabras, no es una pretensión, una farsa. Jesús espera que sus
discípulos sigan sus pasos de cerca, padeciendo lo que él padeció,
sufriendo lo que él sufrió, venciendo como él venció. Ansiosamente
espera ver que sus profesos seguidores manifiesten el espíritu de
abnegación.
[222]
Los que reciben a Cristo como Salvador personal, escogiendo
ser partícipes de sus sufrimientos, vivir una vida abnegada, sufrir
vergüenza en su nombre, comprenderán lo que significa ser un mi-
sionero médico de verdad.
Cuando todos nuestros misioneros médicos vivan una vida nueva
en Cristo, cuando tomen su Palabra como guía, tendrán un conoci-
miento más pleno de lo que constituye una obra médica misionera
genuina. La obra adquirirá un significado más profundo para ellos
cuando rindan una obediencia implícita a la ley grabada sobre tablas
de piedra por el dedo de Dios, inclusive el mandamiento del sábado,
acerca del cual Cristo mismo habló por medio de Moisés a los hijos
de Israel, diciendo:
“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros
guardaréis mis sábados; porque es señal entre mí y vosotros por
vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os
santifico... Guardarán, pues, el día de sábado los hijos de Israel,
celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para
siempre entre mí y los hijos de Israel...”
Éxodo 31:13, 16, 17
, RVR
1977.
Estudiemos la Palabra de Dios con diligencia para que podamos
proclamar con poder el mensaje que debe ser proclamado en estos