Página 220 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
zados en Battle Creek. El Señor demostró su desagrado al permitir
que los edificios principales de estas instituciones fueran destruidos
por fuego.
No obstante la clara evidencia de la providencia del Señor en
medio de estos incendios destructivos, algunos de entre nosotros se
apresuraron a menospreciar la declaración de que estos edificios se
quemaron porque los hombres estaban ejerciendo su influencia de
una manera que el Señor no aprobaba.
Los hombres han estado apartándose de los buenos principios
que estas instituciones fueron establecidas para promulgar. Han de-
jado de hacer la obra misma que el Señor ordenó que debe hacerse
para preparar a un pueblo que ha sido llamado a “edificar las ruinas
antiguas” y a reparar los portillos, como está representado en el capí-
tulo cincuenta y ocho de Isaías. En este pasaje se define claramente
el trabajo que debemos hacer como obra médica misionera. Esta
tarea debe llevarse a cabo por todas partes. Dios tiene una viña; y
anhela que esta viña sea trabajada desinteresadamente. No se debe
descuidar ninguna de sus partes. La porción más descuidada necesita
que los misioneros más despabilados hagan en ella la obra que, por
medio del profeta Isaías, el Espíritu Santo ha señalado:
“¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras
de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los
quebrantados, y que rompáis todo yugo!” “Y si dieres tu pan al
hambriento y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu
luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará
siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos;
y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas
aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los
cimientos de generación en generación levantarás, y serás llamado
reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar”.
Isaías
58:6, 10-12
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Por amor de su nombre, Dios no permitirá que los refractarios
e independientes realicen sus planes impíos. Los visitará por causa
de sus actos perversos. “No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos”.