Página 222 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Cómo debe ser educada la juventud
Juan el Bautista, el precursor de Cristo, recibió su primera educa-
ción de sus padres. Pasó la mayor parte de su vida en el desierto para
no verse influenciado al contemplar la negligencia en la devoción de
los sacerdotes y rabinos, o aprendiendo sus máximas y tradiciones,
por medio de las cuales los principios correctos eran pervertidos y
menoscabados. Los maestros religiosos de aquel entonces se habían
cegado espiritualmente de tal manera que apenas podían reconocer
las virtudes de origen celestial. Habían abrigado por tanto tiempo
el orgullo, la envidia, y los celos, que interpretaban las escrituras
del Antiguo Testamento al punto de destruir su significado. Fue la
preferencia de Juan pasar por alto los goces y el lujo de la vida
urbana en favor de la estricta disciplina del desierto. Allí el ambiente
que lo rodeaba favorecía los hábitos de la sencillez y la abnegación.
Guarecido contra el clamor del mundo, podía allí estudiar las lec-
ciones de la naturaleza, la revelación y la providencia. Las palabras
pronunciadas por el ángel a Zacarías le habían sido repetidas a Juan
por sus padres, los cuales temían a Dios. Desde que era niño su
misión se había mantenido presente ante él, y él aceptó la sagrada
encomienda. Para él la soledad del desierto era un escape agradable
de la sociedad en la cual la sospecha, la incredulidad, y la impureza
prevalecían casi por todos lados. No tenía confianza en su propia
fuerza para resistir la tentación y se eximía del contacto constante
con el pecado para no perder su sentido de la extrema maldad del
mismo.
Pero Juan no pasó su vida en el ocio, en un ascetismo lúgubre,
o en un aislamiento egoísta. De vez en cuando salía para codearse
con la gente, y era siempre un observador interesado de lo que
pasaba en el mundo. Desde su tranquilo retiro contemplaba los
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eventos corrientes. Con una visión iluminada por el Divino Espíritu,
estudiaba los caracteres de los hombres, para poder entender cómo
llegar a sus corazones con el mensaje del cielo.
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