Página 229 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Cómo debe ser educada la juventud
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Las señales que demuestran que la venida de Cristo se acerca
se están cumpliendo con rapidez. El Señor llama a nuestra juventud
para trabajar como colportores y evangelistas, para laborar de casa en
casa en lugares donde todavía no han escuchado la verdad. Se dirige
a nuestros hombres jóvenes, diciendo: “No sois vuestros; habéis sido
comprados por precio: glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo
y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
1 Corintios 6:19,
20
. Los que salgan a hacer la obra bajo la dirección de Dios serán
maravillosamente bendecidos. Los que en esta vida hagan lo mejor
que pueden, se harán idóneos para la vida inmortal del futuro.
El Señor pide a todos los que están conectados con nuestros
sanatorios, casas publicadoras y escuelas, que enseñen a nuestra
juventud a hacer obra evangelista. Nuestro tiempo y fuerza no de-
bieran emplearse mayormente en establecer sanatorios, tiendas de
víveres y restaurantes, a descuido de los otros aspectos de la obra.
Hombres y mujeres jóvenes, quienes tendrían que estar empeñados
en el ministerio, en la obra bíblica, y en la obra de colportaje, no
debieran sujetarse al empleo mecánico.
Anímese a la juventud a ingresar en las escuelas para obreros
cristianos, las cuales deben asemejarse cada vez más a las escuelas de
los profetas. Estas instituciones han sido establecidas por el Señor, y
si son administradas en armonía con sus propósitos, la juventud que
es enviada a ellas pronto estará preparada para trabajar en varias de
las ramas de la obra misionera. Algunos recibirán el adiestramiento
necesario para entrar en el campo como enfermeros misioneros,
otros como colportores, y algunos como ministros del evangelio.
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