Página 257 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Dios en la naturaleza
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El Señor está constantemente ocupado en sostener y usar como
siervos suyos las cosas que ha hecho. Dijo Cristo: “Mi Padre hasta
ahora trabaja, y yo trabajo”.
Juan 5:17
.
Misterios del poder divino
Los mayores intelectos humanos no pueden comprender los
misterios de Jehová que se revelan en la naturaleza. La inspiración
divina hace muchas preguntas que no puede contestar el erudito más
profundo. Estas preguntas no fueron hechas para que las pudiésemos
contestar, sino para llamar nuestra atención a los profundos misterios
de Dios y enseñamos que nuestra sabiduría es limitada, que en lo
que rodea nuestra vida diaria hay muchas cosas que superan la
comprensión de las mentes finitas y que el juicio y el propósito de
Dios son inescrutables. Su sabiduría es también insondable.
Los escépticos se niegan a creer en Dios porque sus mentes
finitas no pueden comprender el poder infinito por medio del cual
él se revela a los hombres. Pero se le ha de reconocer más por lo
que no revela de sí mismo que por lo que está abierto a nuestra
comprensión limitada. Tanto en la revelación divina como en la
naturaleza, Dios nos ha dejado misterios que exigen fe. Así debe
ser. Podemos escudriñar siempre, averiguar de continuo, aprender
constantemente, y, sin embargo, quedará por delante lo infinito.
* * * * *
“Quién midió las aguas con el hueco de su mano
y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó
el polvo de la tierra,
y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?
[273]
Quién enseñó al Espíritu de Jehová,
o le aconsejó enseñándole?
¿A quién pidió consejo para ser avisado?
¿Quién le enseñó el camino del juicio,
o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?
He aquí que las naciones le son como la gota de agua
que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas
le son estimadas; he aquí que hace desaparecer