Página 262 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

Basic HTML Version

258
Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
Dios revelado en Cristo
Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Jesús, el res-
plandor de la gloria del Padre, “y la imagen misma de su sustancia”
(
Hebreos 1:3
), vino a esta tierra en forma de hombre. Como Salvador
personal, vino al mundo. Como Salvador personal, ascendió al cielo.
Como Salvador personal, intercede en los atrios celestiales. Ante
el trono de Dios ministra en nuestro favor como “uno semejante al
Hijo del Hombre”.
Apocalipsis 1:13
.
Como la luz del mundo, veló el esplendor deslumbrante de su
divinidad, y vino a vivir como hombre entre los hombres, a fin de
que ellos pudieran conocer a su Creador sin ser consumidos. Ningún
hombre vio jamás a Dios, excepto en la medida en que se reveló
mediante Cristo.
“Yo y el Padre uno somos”, declaró Cristo
Juan 10:30
. “Nadie
conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo,
y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
Mateo 11:27
.
Cristo vino para enseñar a los seres humanos lo que Dios desea
que conozcan. En los cielos, en la tierra, en las anchurosas aguas del
océano, vemos la obra de Dios. Todas las cosas creadas testifican
acerca de su poder, su sabiduría y su amor. Pero ni de las estrellas,
ni del océano, ni de las cataratas podemos aprender lo referente a la
personalidad de Dios como se ha revelado en Cristo.
Dios vio que se necesitaba una revelación más clara que la de la
naturaleza para presentarnos su personalidad y su carácter. Envió a
su Hijo al mundo para revelar, hasta donde podía soportarlo la vista
humana, la naturaleza y los atributos del Dios invisible.
[278]
Si Dios hubiera deseado que se le representara como morando
personalmente en las cosas de la naturaleza, en la flor, el árbol, la
brizna de hierba, ¿no habría hablado Cristo de esto a sus discípulos
cuando estaba en la tierra? Pero nunca se habló así de Dios en las
enseñanzas de Cristo. Cristo y los apóstoles enseñaron claramente
la verdad de que existe un Dios personal.
Cristo reveló todo lo que de Dios podían soportar los seres
humanos pecaminosos sin ser destruidos. Él es el Maestro divino, el
Iluminador. Si Dios hubiera considerado que necesitábamos otras
revelaciones que las hechas por Cristo y las que hay en la Palabra
escrita, las habría dado.