Página 274 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será
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su rey; porque no se quisieron convertir.
Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas;
las consumirá a causa de sus propios consejos.
Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí;
aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me
quiere enaltecer”.
Oseas 11:2-7.
“Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad,
y no los destruía;
Y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo.
Se acordó de que eran carne,
Soplo que va y no vuelve”.
Salmos 78:38, 39.
Aunque “entregó a cautiverio su poderío, y su gloria en mano
del enemigo”, aun así dijo: “Mas no quitaré de él mi misericordia,
ni falsearé mi verdad”.
Salmos 78:61; 89:33
.
“¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿No es niño en quien me
deleito? Pues desde que hablé de él, me he acordado de él constan-
temente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente
tendré de él misericordia”.
Jeremías 31:20
.
“¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín?
¿Te entregaré yo, Israel?
¿Cómo podré yo hacerte como Adma,
o ponerte como a Zeboim?
Mi corazón se conmueve dentro de mí,
se inflama toda mi compasión.
No ejecutaré el ardor de mi ira,
ni volveré para destruir a Efraín;
porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti;
y no entraré en la ciudad”.
Oseas 11:8, 9.
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