Página 321 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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El conocimiento recibido a través de la palabra de Dios
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Para los que son verdaderamente sabios, la investigación cientí-
fica abre ante ellos un vasto panorama de estudio e información. Los
caminos de Dios, según están revelados en el mundo natural y en
sus relaciones con el hombre, constituyen un tesoro del cual puede
beneficiarse todo alumno en la escuela de Cristo.
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Lejos de ser una teoría, la verdadera evidencia que comprueba la
existencia de un Dios viviente es la convicción que Dios ha grabado
en nuestros corazones, ilustrada y explicada por su Palabra. Es la
energía vital de sus obras creadas, percibida por el ojo iluminado
por el Espíritu de Dios.
Los que juzgan a Dios en base a las obras de sus manos, y no a
raíz de las suposiciones de hombres egregios, ven su presencia en
todas las cosas. Perciben su sonrisa en los alegres rayos del sol, y
su amor y cuidado por el hombre en los ricos campos otoñales de
maduras mieses. Aun las cosas que engalanan la tierra -la hierba
de un verde subido, las exquisitas flores de variados matices, los
majestuosos árboles de distintas clases del bosque, el arroyo burbu-
jeante, el río imponente, el lago plácido- dan testimonio del tierno
y paternal cuidado de Dios y de su esmero por hacer felices a sus
hijos.
La naturaleza: clave de los divinos misterios
A medida que el estudiante contempla las cosas de la naturaleza,
recibe una nueva visión de ellas. Las enseñanzas del libro de la
naturaleza de Dios atestiguan la veracidad de su Palabra escrita.
En el plan de la redención hay misterios que la mente humana
no puede sondear, muchas cosas que la sabiduría humana es incapaz
de explicar; pero la naturaleza nos puede enseñar mucho acerca del
misterio de la piedad. Cada arbusto, cada árbol que lleva fruto, toda
vegetación, contiene lecciones que aprender. En el crecimiento de la
semilla se pueden leer los misterios del reino de Dios.
Para el corazón enternecido por la gracia de Dios, el sol, la luna,
las estrellas, los árboles, las flores del campo, pronuncian palabras
aconsejadoras. La siembra de la semilla transporta la mente a la
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