Página 44 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
pasar el asunto y oraría que el Señor tuviera misericordia de los
ignorantes y de aquellos que están fuera del camino.
Pero el Señor tiene juicio contra nuestros ministros y contra el
pueblo, y he de hablar, recargando sobre ellos la responsabilidad de
la obra en el Sur y de las ciudades de nuestro país. ¿Quién siente
el gran peso de la carga de proclamar el mensaje en el Gran Nueva
York y en muchas otras ciudades que todavía no se han trabajado?
No todos los recursos que se puedan acumular han de ser enviados
de Estados Unidos a tierras distantes, mientras que en el campo
dentro del país existen oportunidades tan providenciales para la
presentación de la verdad a millones que nunca la han escuchado.
Entre estos millones se cuentan representantes de muchas naciones,
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muchos de los cuales están listos para recibir el mensaje. Falta
mucho que hacer dentro de la sombra de nuestra propia puerta: en
las ciudades de California, Nueva York, y muchos otros estados.
* * * * *
Dios le dice a su pueblo: “Levántate, resplandece; porque ha
venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”.
Isaías 60:1
.
¿Por qué, pues, sienten tan poca responsabilidad de plantar el es-
tandarte de la verdad en nuevos lugares? ¿Por qué no obedecen la
palabra: “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que
no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón
no llega, ni polilla destruye”?
Lucas 12:33
. ¿Por qué no devuelven al
Señor lo que le pertenece, para ser invertido en mercancía celestial?
¿Por qué no se hace una apelación más fervorosa por voluntarios
que entren en los campos blancos para la siega? A menos que se
haga más de lo que se ha hecho por las ciudades de Estados Unidos,
tanto ministros como pueblo tendrán que rendir serias cuentas ante
Aquel que ha asignado a cada hombre su tarea.
Repetimos la oración: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra”.
Mateo 6:10
. ¿Estamos
haciendo nuestra parte para que se cumpla esta oración? Profesamos
creer que la comisión que Cristo dio a sus discípulos nos es dada
a nosotros también. ¿Estamos cumpliéndola? Que Dios perdone
nuestro terrible descuido de no hacer la obra que hasta ahora apenas
hemos tocado con la yema de nuestros dedos. ¿Cuándo se terminará