Página 45 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

Basic HTML Version

La obra dentro y fuera del país
41
esta obra? Me enferma y hiere el corazón ver tal ceguedad de parte
del pueblo de Dios.
Hay miles en los Estados Unidos que perecen en ignorancia y
pecado. Y, al poner la vista en cierto campo lejano, los que conocen
la verdad pasan por alto con indiferencia los necesitados campos
cercanos a ellos. Cristo dice: “Vé hoy a trabajar en mi viña”. “¿No
[43]
decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?
He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya
están blancos para la siega”.
Mateo 21:28
;
Juan 4:35
.
Despertad, despertad, mis hermanos y hermanas, y penetrad los
campos de Estados Unidos que nunca han sido trabajados. No pen-
séis que después de haber dado algo para los campos extranjeros
vuestro deber ya terminó. Hay una obra que hacer en los campos
extranjeros, pero hay una obra que hacer en los Estados Unidos
que es igual de importante. En las ciudades de Estados Unidos hay
personas de casi todos los idiomas. Éstas necesitan la luz que Dios
ha dado a su iglesia.
El Señor vive y reina. Pronto se levantará en majestad para herir
la tierra. Un mensaje especial debe ser llevado ahora, uno que penetre
la oscuridad espiritual y que convenza y convierta a las almas. “Date
prisa, escapa por tu vida”, es el llamado que hay que dar a los que
viven en pecado. Debemos actuar ahora con sumo apremio. No
tenemos ni un momento para emplear en críticas y acusaciones.
Arrodíllense los que han hecho esto en el pasado y cuídense de no
poner sus palabras y sus planes en lugar de las palabras y planes de
Dios.
* * * * *
No tenemos tiempo para espaciamos en asuntos que no tienen
importancia. Debemos dedicar nuestro tiempo a proclamar el último
mensaje de misericordia a un mundo culpable. Se necesitan hombres
que obren bajo la inspiración del Espíritu de Dios. Los sermones de
algunos de nuestros ministros tendrán que ser mucho más poderosos
que los que se predican ahora, o muchos apóstatas oirán un mensaje
tibio e indirecto que arrulla a la gente y la hace dormir. Todo discurso
debe darse bajo el sentido de los terribles juicios que pronto han de