Página 66 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8
Dios declara: “Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré mise-
ricordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él
dirá: Dios mío”.
Oseas 2:23
.
“Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus
de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di
por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero
de la tierra”.
Isaías 49:6
.
Dios ha derramado su Espíritu Santo en abundancia sobre los
creyentes de Battle Creek. ¿Qué uso se les ha dado a estas bendicio-
nes? ¿Habéis hecho como hicieron los hombres sobre quienes fue
derramado el Espíritu Santo el día de Pentecostés? Ellos “iban por
todas partes anunciando el evangelio”.
Hechos 8:4
. ¿Se ha visto este
fruto en Battle Creek? ¿Ha sido la iglesia enseñada por Dios a saber
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cuál es su deber y a reflejar la luz que ha recibido?
Un ejemplo de la obra que hemos de hacer
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que
Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y
a Juan...”.
Hechos 8:14
. El Espíritu de Dios estaba a la espera de
iluminar a las almas y convertirlas a la verdad.
Fijaos cuánto esfuerzo se hizo en favor de un solo hombre, un
etíope: “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y
vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza,
el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un
etíope, eunuco, funcionario de Candace la reina de los etíopes, el
cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para
adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
“Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero
¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me
enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él...
“Entonces Felipe... comenzando desde esta escritura, le anunció
el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua,
y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo,
dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.