Página 79 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 8 (1998)

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Advertencias y consejos dados a la iglesia de Battle Creek
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apartándoos. La red evangélica ha de arrojarse al mar, y ella recoge
tanto lo bueno como lo malo. Pero, porque esto es así, ¿ignorarán
los hombres y las mujeres los esfuerzos hechos para salvar a los que
han de creer y que se unirán para alcanzar aquellas clases acerca de
las cuales habló Cristo cuando reprendió a los fariseos? Los peca-
dores y las rameras, dijo él, “entrarán en el reino de Dios antes que
vosotros”. ¿No véis que aun dentro de la iglesia hay personas que
no tienen ninguna conexión con Dios? Pero Cristo dice acerca de
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la cizaña y el trigo: “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta
la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged
primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged
el trigo en mi granero”.
Mateo 13:30
.
Cuando el Señor conmueve las iglesias, instándoles que hagan
cierta obra, y ellos rehúsan hacerla; y cuando algunos, uniendo sus
esfuerzos humanos a los divinos, intentan extender la mano hasta las
mismas profundidades del dolor y la miseria humana, la bendición
de Dios descansará abundantemente sobre ellos. Aunque son pocos
los que aceptan la gracia del Señor Jesucristo, su trabajo no será en
vano; porque una sola alma es valiosa, muy valiosa, ante la vista de
Dios. Cristo habría muerto por una sola alma para que ella viva por
los siglos sin fin.
Estudiemos el capítulo dieciocho de Mateo. Este capítulo ilumi-
nará nuestros ojos. “Mirad -dijo Jesús-, que no menospreciéis a uno
de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven
siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos, porque el Hijo
del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. ¿Qué os
parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas,
¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se
había descarriado? Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo
que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no
se descarriaron. Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en
los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”.
Mateo 18:10-14
.
Muchas almas están siendo rescatadas, arrebatadas de las manos
de Satanás, por obreros fieles. Alguien debe sentir preocupación en
su alma por encontrar a los que están perdidos para Cristo. El rescate
de una sola alma sobre la cual Satán ha triunfado causa regocijo
entre los ángeles del cielo. Hay quienes han destruido dentro de ellos
mismos la imagen moral de Dios. La red evangélica ha de recoger a