Página 106 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Métodos de trabajo
En relación con la proclamación del mensaje en las ciudades
populosas, hay diversas clases de obras que pueden llevar a cabo
obreros con diversos dones. Algunos de ellos deben trabajar de un
modo, y otros de una manera diferente. El Señor desea que se tra-
baje en las ciudades mediante los esfuerzos unidos de obreros de
diversas capacidades. Todos deben volverse hacia Jesús en busca de
instrucciones, y no depender de la sabiduría humana porque podrían
descarriarse. Como colaboradores con Dios, deben procurar man-
tenerse en armonía mutua. Debieran consultarse con frecuencia y
colaborar con entusiasmo y sinceridad. Pero todos debieran contem-
plar a Jesús en busca de sabiduría y no depender únicamente de la
dirección humana.
El Señor ha dotado a ciertos ministros de la capacidad de atraer
y retener grandes congregaciones, lo cual requiere el ejercicio de
tacto y habilidad. En las ciudades actuales, con tantas actividades
que atraen y agradan, no es posible interesar a la gente mediante
presentaciones y actividades comunes. Los ministros designados
por Dios encontrarán que es necesario llevar a cabo esfuerzos ex-
traordinarios para captar la atención de las multitudes. Y cuando
logren reunir una vasta congregación, deben presentar mensajes de
un carácter tan extraordinario que logren interesar y amonestar a los
asistentes. Deben utilizar todos los recursos que sea posible idear
para lograr que la verdad se destaque con claridad y definición. El
mensaje de prueba para este tiempo debe presentarse con una cla-
ridad y decisión que alarme a los oyentes y los induzca a desear
estudiar las Escrituras.
Los que llevan a cabo la obra del Señor en las ciudades deben
realizar un esfuerzo calmado, constante y dedicado para instruir a
la gente. Mientras deben trabajar decididamente para interesar a los
oyentes y retener su interés, al mismo tiempo deben cuidarse de no
incurrir en actividades sensacionalistas. En esta época dominada por
la extravagancia y la ostentación, cuando se piensa que es necesario
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