Página 116 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
Los que están cabalmente convertidos deben capacitarse cada
vez más en su comprensión de las Escrituras, para poder hablar
palabras de luz y salvación a quienes están en las tinieblas y pere-
cen en sus pecados. Como obreros juntamente con Dios, podemos
esperar bendiciones especiales y resultados definidos mientras nos
esforzamos por salvar almas de las trampas de Satanás para que se
conviertan en hijos de luz.
Centros de turismo y centros comerciales
Aquellos que se han dedicado al servicio del Maestro en respues-
ta al llamamiento del momento, bien podrían estudiar sus métodos
de trabajo. El Salvador, durante su ministerio terrenal, aprovechó las
oportunidades para trabajar en los lugares por donde transitaban los
viajeros. Jesús moraba en Capernaum mientras viajaba de un lugar a
otro, y esta ciudad llegó a conocerse como “su ciudad”. Esta ciudad
estaba bien situada para ser el centro de la obra del Salvador. Por
encontrarse en la ruta de Damasco a Jerusalén, y a Egipto y el mar
Mediterráneo, pasaban por ella o bien descansaban allí, numerosos
viajeros de diversos países. Ahí podía Jesús encontrar a gente de to-
das las naciones y condiciones sociales, el rico, el importante, como
también el pobre y el humilde; y sus lecciones serían llevadas a otros
países y a muchos hogares. Así la gente se interesaría en investigar
las profecías y dirigiría su atención hacia el Salvador, y su misión se
llevaría ante el mundo.
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En estos días de viajes, las oportunidades para ponerse en con-
tacto con hombres y mujeres de todas las clases sociales y de muchas
nacionalidades, son mayores que en los días de los israelitas. Las
rutas de viaje se han multiplicado mil veces. Dios ha preparado
admirablemente el camino. Tenemos a nuestra disposición los bene-
ficios de la imprenta. Tenemos Biblias y publicaciones en diversos
idiomas que explican la verdad para este tiempo, que pueden llevarse
con rapidez a todos los países del mundo.
Los cristianos que viven en los grandes centros comerciales y
turísticos tienen oportunidades especiales. Los creyentes que moran
en estas ciudades pueden trabajar para Dios en el vecindario de sus
hogares.