Página 136 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
Unidad en la diversidad
En nuestros esfuerzos en favor de las multitudes que moran en
las ciudades, debemos tratar de realizar un servicio cabal. La obra en
un centro urbano populoso es más grande que lo que un solo hombre
puede hacer con buen éxito. Dios tiene diversas formas de trabajar,
y tiene diferentes obreros a quienes ha confiado diversidad de dones.
Un obrero puede ser un excelente orador; otro un buen escritor;
otro puede tener el don de la oración sincera y ferviente; otro puede
poseer el don del canto; otro puede tener capacidad especial para
explicar claramente la Palabra de Dios. Y cada don debe convertirse
en poder para Dios, porque él trabaja con el obrero. A uno Dios
concede palabra de sabiduría, a otro conocimiento, a otro fe; pero
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todos deben trabajar bajo la misma Cabeza. La diversidad de dones
conduce a una diversidad de operaciones, “pero Dios, que hace todas
las cosas en todos, es el mismo”.
1 Corintios 12:6
.
Dios desea que sus siervos escogidos aprendan a unirse en un
esfuerzo armonioso. Puede parecer a algunos que el contraste entre
sus dones y los dones de un obrero colaborador es demasiado gran-
de para permitirles unirse en un esfuerzo armonioso; pero cuando
recuerdan que hay diversas clases de mentes que deben alcanzarse
con el mensaje, y que algunos rechazarán la verdad en la forma
como la presenta el obrero, pero abrirán su corazón a la verdad de
Dios como es presentada en forma diferente por otro obrero, tal
vez tratarán de trabajar juntos en unidad. Sus talentos, aunque sean
diferentes, pueden mantenerse bajo el control del mismo Espíritu.
En cada palabra y acción se manifestará bondad y amor; y cuando
cada obrero ocupe fielmente el lugar que se le ha asignado, quedará
contestada la oración de Cristo por la unidad de sus seguidores, y el
mundo sabrá que éstos son sus discípulos.
Los obreros de Dios deben unirse unos con otros en amante
simpatía. El que dice o hace cualquier cosa que tienda a separar a los
miembros de la iglesia de Cristo, está obrando contra el propósito del
Señor. Los malos entendimientos y las disensiones en la iglesia, la
estimulación de la sospecha y la incredulidad, están deshonrando a
Cristo. Dios desea que sus siervos cultiven el afecto cristiano mutuo.
La verdadera religión une los corazones no solo con Cristo, sino
también unos con otros con vínculos muy tiernos. Cuando sepamos