Página 198 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
con apartarnos de la gente a quien tratamos de ayudar. Todas las
cosas pueden ser lícitas, pero no todas convienen.
El proceder sabio es el mejor. Como obreros juntamente con
Dios, debemos trabajar en la forma que nos permita realizar lo más
posible por él. Que nadie incurra en extremismos. Necesitamos
sabiduría de arriba, porque tenemos que resolver un problema difícil.
Si ahora se efectúan movimientos apresurados, se causará mucho
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mal. Hay que presentar el asunto en tal forma que la gente de raza
negra verdaderamente convertida se aferre a la verdad por amor de
Cristo, y rehúse desechar un solo principio de sólida doctrina bíblica
por pensar que no se está siguiendo el procedimiento más adecuado
en relación con la raza negra.
Debemos sentarnos a los pies de Cristo para aprender, para que
él nos enseñe la voluntad de Dios y que sepamos cómo trabajar por
blancos y negros en el campo del sur. Debemos seguir los dictados
del Espíritu del Señor, y agitar lo menos posible el problema racial.
Debemos utilizar toda la energía necesaria para presentar el mensaje
evangélico final a todas las clases sociales del sur. Al ser dirigidos y
controlados por el Espíritu de Dios, encontraremos que este asunto
se ajustará en forma adecuada en las mentes de nuestro pueblo.
Busquemos al Señor individualmente. Que aquellos cuya expe-
riencia religiosa pasada ha sido sólo superficial, se acerquen a Dios.
Arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados.
Cuando estemos preparados para llevar a cabo la obra con todo
fervor, estaremos en mejores condiciones que ahora para tratar con
los asuntos comprendidos en esta obra. Que cada creyente haga lo
mejor posible con el fin de preparar el camino para la obra misionera
evangélica que debe llevarse a cabo. Pero que nadie se envuelva en
controversias. Es el propósito de Satanás mantener a los cristianos
ocupados en disensiones entre ellos. Sabe que si no están velando, el
día del Señor vendrá sobre ellos como ladrón en la noche. No tene-
mos tiempo para ceder al espíritu del enemigo y acariciar prejuicios
que confunden la razón y nos apartan de Cristo.
Para cumplir la obra necesaria entre la gente de raza negra,
necesitamos dinero y esfuerzo sincero y perseverante. Cada uno
necesita ahora levantarse donde está para confesar sus pecados y
abandonarlos, y trabajar en armonía con sus hermanos. Los obreros
de Dios deben mantener unidad de pensamiento y propósito, orar