Página 202 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
“Estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.
1 Corintios
15:58
.
El cristiano es animado a que manifieste paciente perseverancia
en llevar a cabo la obra del ministerio evangélico en relación con
la obra médica misionera. A medida que obtiene experiencia en la
religión genuina, va logrando el conocimiento espiritual que forma
el carácter.
La vida de un cristiano auténtico consiste en una serie inin-
terrumpida de actos de servicio. “Somos colaboradores de Dios”.
1 Corintios 3:9
. Cada día lleva al que se encuentra al servicio de
Dios deberes proporcionados a sus facultades. Su utilidad aumenta
a medida que, bajo la dirección del Poder supremo, desempeña esos
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deberes. El cumplimiento de un deber nos prepara mejor para co-
menzar otro. Los que sepan con exactitud lo que debe hacerse, se
colocarán bajo la luz directa de la palabra de Dios, en sintonía con
sus demás fuerzas de trabajo. Cada día el obrero saldrá a la batalla
vestido con toda la armadura. Trabajará con oración, vigilancia y
perseverancia, decidido a que la conclusión de la obra de su vida no
lo encuentre sin preparación, sin que haya hecho todo lo posible por
la salvación de las almas que perecen.
Si los cristianos obraran concertadamente, si avanzaran como un
solo hombre, bajo la dirección de un Poder, para la realización de
un objetivo, moverían el mundo.
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Los principios que debieran motivarnos como obreros en la causa
de Dios han sido expresados por el apóstol Pablo: “Somos colabora-
dores de Dios”.
1 Corintios 3:9
. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón,
como para el Señor
y no para los hombres”.
Colosenses
3:23
. Y Pedro exhorta a los creyentes: “Cada uno según el don que
ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de
la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a
las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder
que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo”.
1
Pedro 4:10-11
.
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