Página 222 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
sus pasiones hasta el rojo vivo. Nuestra obra concluirá en breve,
y pronto sobrevendrá sobre nosotros un tiempo de angustia como
nunca se ha visto y del que apenas tenemos idea.
El Señor quiere que sus obreros lo representen a él, que es el gran
Obrero Misionero. Las manifestaciones de imprudencia siempre
causan daño. Las cualidades indispensables para la vida cristiana
deben aprenderse diariamente en la escuela de Cristo. El que es
descuidado en sus palabras habladas o escritas que serán oídas
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y leídas por el público, y propaga expresiones que jamás podrán
recogerse, se está descalificando como obrero a quien se le puede
confiar la obra sagrada que ha sido dada a los modernos seguidores
de Cristo. Los que acostumbran a dar estocadas hirientes, están
formando hábitos que se fortalecerán con la repetición, y de los
cuales tendrán que arrepentirse.
Debiéramos examinar cuidadosamente nuestros procedimientos
y nuestro espíritu, para ver la manera como estamos haciendo la
obra que Dios nos ha confíado y que afecta el destino de las almas.
Sobre nosotros descansan las obligaciones más elevadas. Satanás
está preparado y arde en celo para inspirar a toda la confederación de
agentes satánicos, para inducirlos a unirse con hombres malos a fin
de ocasionar a los creyentes de la verdad sufrimiento rápido e intenso.
Cada palabra imprudente pronunciada por nuestros hermanos será
aprovechada por el príncipe de las tinieblas.
Quisiera preguntar: ¿Cómo se atreven los seres humanos de
inteligencia finita a hablar descuidadamente y pronunciar a la ventura
palabras ofensivas que agitarán a las potencias infernales contra los
santos de Dios, cuando ni el arcángel Miguel se atrevió a insultar a
Satanás, sino que se limitó a decirle: “El Señor te reprenda”?
Judas
9
.
Será imposible para nosotros evitar dificultades y sufrimientos.
Jesús dijo: “¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario
que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el
tropiezo!”
Mateo 18:7
. Pero debido a que se producirán tropiezos,
debiéramos tener cuidado de no excitar el temperamento natural de
quienes no aman la verdad, pronunciando palabras imprudentes y
manifestando un espíritu hiriente.
La inestimable verdad debe presentarse con su fuerza natural.
Los errores engañosos que están muy difundidos, y que están llevan-