En humildad y f
Me han sido dadas instrucciones especiales para el pueblo de
Dios; porque nos esperan tiempos peligrosos. El espíritu de destruc-
ción y de violencia aumenta en el mundo. Y en la iglesia, el poder
humano se vuelve predominante; aquellos a quienes se han confiado
posiciones de confianza piensan que tienen derecho a dominar.
Los hombres a quienes el Señor llama para ocupar cargos impor-
tantes en su obra deben cultivar un sentimiento de humilde depen-
dencia de él. No deben tratar de abarcar demasiada autoridad; porque
Dios no los ha llamado a dominar, sino a hacer planes en coopera-
ción con sus compañeros de labor. Todo obrero debe considerarse
sujeto a los requerimientos y las instrucciones de Dios.
Consejeros sabios
En vista de la importancia que tiene la obra en el sur de California
y la incertidumbre que origina, debiera elegirse por lo menos a cinco
hombres dotados de sabiduría y experiencia para consultar con los
presidentes de las asociaciones locales y de las uniones en cuanto
a planes y métodos. El Señor no aprueba la tendencia manifestada
por algunos, de querer regentar a los que tienen una experiencia
mayor que la suya propia. Por esta manera de proceder, algunos han
demostrado que no son aptos para ocupar el puesto importante en que
están. Todo ser humano que procura asumir atribuciones desmedidas
y dominar a sus semejantes demuestra que sería peligroso confiarle
responsabilidades religiosas.
Nadie se aferre a la idea de que no debiera emprenderse actividad
alguna que exija recursos a menos de tener disponible el dinero
necesario. Si en lo pasado hubiésemos seguido siempre este método,
a menudo habríamos perdido ventajas considerables, tales como las
Mensaje leído en el congreso espiritual llevado a cabo en Los Ángeles, California,
del 15 al 31 de agosto de 1907, y posteriormente publicado en el folleto titulado
Jehová
es nuestro Rey
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